Pura ironía, no vayan Vds. a creer. Bajo este título, rna¬nido y facilón, se esconde una realidad sanitaria más bien triste.
Claro, que si nos atenemos a la ausencia de debate, de contestación y de contrastación sobre casi todos los aspectos sanitarios, el sector no tiene problemas. Alguna polvareda se ha levantado, el medicamentazo por ejemplo, pero no se trata de temas fundamentales y forman parte de la escenificación política.
No siendo yo novel en estos asuntos, me sorprendo a veces preguntándome si estoy o no de acuerdo con el rumbo sanitario trazado por este Gobierno; y es que ciertamente no se sabe ni por donde van ni adonde quieren ir.
No veo proyecto político sanitario.
Hay pinceladas, publicidad y pseudomejoras (plan estratégico, listas de espera…), pero salvo elementos muy puntuales -como la afición que se ha tomado, en el acoso a los trabajado-res en baja laboral- hay pocos proyectos de alcance.
Lo más grave: que esta falta de proyecto final lleva al lento pero seguro deterioro del sistema público de salud. Lo más preocupante: la ausencia de reacción social. Así las cosas, al Ejecutivo le va bien su política de ausencia de debate y de inactividad. Esta melancólica administración de la cosa pública sanitaria- puede que salve la cara a algunos, pero acabará empobreciéndonos a todos.
Miguel González Hierro. El Adelanto 5 septiembre de 1998