La afirmación de que nuestro Sistema Nacional de Salud es uno de los mejores del mundo, ya no se sostiene. El sistema es bueno, sí, pero cuando lo valoramos únicamente en su componente técnico o científico. La sociedad actualmente no sólo valora esta capacidad técnica sino que exige otros componentes tan importantes como la calidad asistencial. Más concretamente, el desarrollo de un sistema sanitario público moderno debe pasar por el respeto y fomento activo de todo el ámbito de derechos y trato al paciente. De no evolucionar en este sentido, además de no obtener una legitimación social, el sistema será cada vez más ineficiente.
Personalmente vengo insistiendo mucho en el desarrollo del SNS sobre el eje del respeto al paciente, con todo lo que esto conlleva, entre otras cosas la pérdida del papel tutelar que tradicionalmente ha ejercido el poseedor de los conocimientos científicos (el profesional) o de los medios (el estado).
El paso de una sociedad autocrática a una democrática, se mide de forma certera cuando sus prácticas cotidianas llevan implícito que el ciudadano es el propietario, destinatario y razón de ser, en este caso del sistema sanitario.
El reciente informa sueco, EuroHealth Consumer Index, ha dejado en evidencia esta realidad, nuestro SNS ocupa el puesto 17 de los 26 países de la UE, y ello debido a la falta de respeto que se tiene hacia las diversas vertientes de los derechos del paciente. Si los datos se ajustan por capacidad económica (eficiencia) la clasificación es aun peor. El resultado todavía es más desalentador si consideramos la UE antes de la ampliación con países del Este, España ocupa el penúltimo lugar. El informe valora como buena la capacidad técnica, y como deficiente el respeto al paciente.
Nuestro país y nuestra Comunidad autónoma, disponen de legislación abundante y excelente en el plano formal sobre derechos del paciente, solo falta que se hagan realidad plena. Además de aumentar la conflictividad, no potenciar el SNS sobre la base de la autonomía del paciente le llevará al divorcio con la sociedad civil.
Miguel González Hierro. El Adelanto 19 Agosto 2006