Algunas autonomías dirigidas por el partido popular, han iniciado la privatización de la Sanidad, aunque ellos prefieren hablar de externalizar. Las razones que plantean son; la insostenibilidad del actual sistema, hacerlo mas rentable. Pero como venimos repitiendo no hay ningún estudio que confirme que la gestión privada sea más eficiente y si hay estudios que avalan el deterioro de la calidad en la atención sanitaria.
Cuando los hospitales de gestión privada entran en perdidas, hasta ahora son rescatados por la comunidad autónoma, así sucedió con el famoso Hospital de Alzira los tres primeros años de su funcionamiento, en los que fue deficitario. Visto de este modo el negocio desde luego es redondo, si tienen beneficios la empresa privada se queda con ellos y si entran en perdidas les rescata el sector público. Los beneficios son para la empresa las perdidas se socializan y las pagamos entre todos. No es fácil que creamos en sus buenas intenciones.
Los profesionales y los pacientes estamos totalmente en contra de las privatizaciones, como se ha visto con las manifestaciones en la calle, estamos acostumbrados a una buena atención sanitaria sin inequidades donde hasta ahora el enfermo tenia derecho a los tratamientos necesarios para su curación.
Nuestros políticos amparándose en el déficit están traspasando líneas rojas para cambiar servicios con los que los ciudadanos nos sentimos orgullosos y protegidos.
Lo bueno de la democracia es que aquí nada esta atado y bien atado, las reglas se pueden cambiar para evitar abusos. Con frecuencia los cambios se producen después de fuertes movilizaciones, a los partidos no les gusta que les resten poder, pero ya sucedió antes, las leyes se han modificado cuando los ciudadanos manifiestan su desacuerdo en la calle y la sociedad se ha ido haciendo un poco mas justa gracias a ellas.
Los partidos no deberían hacer oídos sordos a las mareas que recorren nuestras ciudades, porque muchos al final pueden más que unos pocos.
Maria Victoria Salvador. El Adelanto 14 abril 2013