Desde la ADSP hemos señalado reiteradamente que las listas de espera en el sistema público son inevitables y contribuyen a regular la demanda actuando como factor corrector.
También hemos señalado que el sistema sanitario público es el único que garantiza la equidad, universalidad y calidad de la asistencia, y es responsabilidad de todos: políticos, administradores, profesionales y ciudadanos, defenderlo como uno de los pilares del menguante estado de bienestar que aún disfrutamos.
Es obvia la necesidad de una administración eficiente de los recursos y las listas de espera no deben llegar más allá de un tiempo razonable; para ello es preciso que políticos y administradores dispongan los recursos necesarios, pero no es menos cierto que los ciudadanos tenemos también nuestra responsabilidad en la forma de utilizar los recursos existentes y no siempre los usamos responsablemente. Un ejemplo de forma inadecuada de utilización de los recursos es el abuso que se realiza de los Servicios de Urgencias que en numerosas ocasiones están saturados y no pocas veces colapsados por esta razón.
Ello supone que, cada vez en mayor medida, la administración se ve obligada a invertir en estos servicios que crecen de forma desmesurada. Si no se resuelve este problema, es posible que lleguemos a ver Servicios de Urgencia tan grandes como los propios hospitales.
Otro ejemplo de irresponsabilidad ciudadana son las citas concertadas a las que no se acude (suponemos que por la resolución del problema), y que conociendo con antelación que no se va a acudir, no se avisa para que otro paciente pueda ocupar ese lugar, lo que supone un despilfarro de los recursos y el retraso consiguiente en las listas de espera.
Parece necesario que todos recordemos que disponer de un sistema sanitario público como el español es un privilegio y que todos debemos contribuir a una utilización racional del mismo para garantizar su mejor funcionamiento.
Miguel Barrueco. El Adelanto 10 Noviembre 2007