A veces tengo la sensación de que el sistema sanitario público solo tiene en cuenta tres pilares: los médicos, la enfermería y los medicamentos. Si necesitas atención sanitaria, probablemente te sea fácil acceder a estos tres recursos.
Sin embargo, el sistema deja fuera (o lo cubre me manera muy marginal), otras necesidades, como la atención social, la fisioterapia o la atención psicológica.
En mi trabajo (yo me dedico a enfermedades neurológicas “raras” o poco frecuentes), cada día me reafirmo en la importancia del seguimiento y tratamiento multidisciplinar de mis pacientes. Es fantástico contar con recursos para llegar a diagnosticar estas enfermedades infrecuentes, como los estudios genéticos, resonancias magnéticas y otras herramientas con las que nuestros predecesores no podían sino soñar. Sin embargo, el trabajo no debería terminar ahí. ¿Cómo afecta al paciente su enfermedad?
Puede ser que suponga un impacto físico, una limitación para caminar, para alimentarse, para mantener su independencia. Muchos pacientes necesitan ayuda para las tareas más básicas: ¿quién se encarga de esto? Lo más frecuente es que sea su familia más cercana. ¿Disponen por ello de recursos para llevar a cabo esa labor? es un trabajo retribuido? En la mayoría de los casos no. En la atención social de nuestros pacientes nuestro sistema sanitario está cojo.
Merece la pena remarcar que las enfermedades no solo tienen un impacto físico, sino que el impacto emocional también puede ser muy importante. ¿Cómo convivir con una enfermedad que en muchas ocasiones no tiene cura? ¿cómo aceptar las implicaciones del diagnóstico para uno mismo y su familia? La atención psicológica es, sin duda, la más olvidada, a pesar de la gran importancia que tiene para poder desarrollar una vida plena. Otra gran relegada es la fisioterapia. El sistema público tiene poquísimos fisioterapeutas, por lo que se dedican a pacientes ingresados o enfermedades de inicio agudo (como los ictus), dejando el resto de pacientes de lado, cuando muchos de ellos se beneficiarían de un tratamiento a largo plazo.
Ojalá que en los próximos años se amplíe el punto de mira y consideremos la asistencia sanitaria como un todo, y podamos brindar a nuestros pacientes la atención que se merecen.
Alicia Alonso