Hace muy pocas semanas el SACYL nos ha enviado el proyecto del III Plan de Salud para Castilla y León en el periodo 2008-2012. Ha llegado con un poco de retraso, como suele ocurrir en nuestra Administración Sanitaria. Son un conjunto de 52 objetivos generales y 198 objetivos específicos a propósito de patologías importantes y hábitos o prácticas poco saludables: cáncer, enfermedades cardíacas, pulmonares, metabólicas, infecciosas, psiquiátricas, accidentes de tráfico, medio ambiente, drogodependencia, etc. Son un conjunto de maravillosos objetivos que precisan seguimiento y evaluación continuos y, por supuesto, una rigurosa evaluación final.
En el libro de presentación de este III Plan se recoge la evaluación final del II Plan de Salud de 1998 al 2007. La valoración ha sido excelente. Se han conseguido el 100% (ojo, el cien por cien) de los objetivos generales y el 95´4% de los específicos. Somos una máquina de hacer salud. Se me antoja una proporción demasiado alta. Ni los grandes partidos políticos alcanzan esos resultados en el cumplimiento de los programas electorales y eso que sus dirigentes dicen conseguirlo casi todo. Con estos resultados a Uds., como a mí, nos gustaría saber cuáles fueron esos objetivos, así que en el Bocyl del 14/10/1998 tienen ocasión de ver la relación de los objetivos programados. Son un total de 28 objetivos generales y 229 específicos. No es nada. Algunos de los objetivos generales son así: «En el 2007, habrá disminuido la mortalidad por accidentes», «En el 2007, habrá disminuido la incidencia de la infección VIH y la mortalidad por SIDA» (véase EL Adelanto, 2 de Julio de 2009)… y otros parecidos. Dos preguntas me surgen ante la programación y la evaluación final de los objetivos: ¿Difieren estos de Castilla y León de los del resto de autonomías? ¿La consecución (95-100%) ha sido igualitaria para todos los grupos de nuestra población cumpliendo así el principio de equidad. Habría que analizarlo.
Pablo de Unamuno.
Publicado en El Adelanto, 4 Julio 2009