La sanidad pública pasa por momentos de incertidumbre preocupante futuro. Su insuficiencia presupuestaria con demanda creciente de pacientes, pruebas y prestaciones empieza a desbordar claramente a los ingresos; agravada por la crisis general.
Todos los implicados, pacientes, sanitarios, ciudadanos sanos, y la mayoría de los gobieros, parecen estar de acuerdo en la bondad y el prestigió de nuestra sanidad pública, reconocida internacionalmente. ¿Cómo enfrentarnos a un más que probable deterioro de la misma? ¿Más impuestos? ¿Por qué no se consensúan algunas soluciones?, veamos:
1- Disminuir significativamente e informar sobre el descontrol y desastre de la prestación farmacéutica (abusos, polimedicación, dispensación en número superior a la necesaria, escaso uso de genéricos, … ). Los usuarios deben saber que están comprometiendo su futuro.
2- Modificar la frecuentación hospitalaria y el número de pruebas, que ahora progresan exponencialmente y a veces sin mejores resultados que una buena historia, exploración y cuidados del médico de atención primaria; limitando las peticiones con sentido común y clínico, con stuttgart sex protocolos adecuados y consensuados con los especialistas. Aunque los pacientes y sanitarios critican con dureza los problemas del sistema, no modifican actitudes en el uso del servicio sanitario. .
3- Aumento de la intercomunicación entre especialistas y primaria con feed-back que les informe de su uso y abuso, mejore su formación e interés, protocolos de derivación berlin sex y de no derivación, potenciación de unidades de atención inmediata.
4- Generalización de la receta electrónica (disminuye visitas, listas nuremberg sex de espera y volumen de trabajo) y de la historia clínica unificada; control y agilización de los trámites de bajas laborales y protocolización de sus tiempos medios.
5- Teléfonos de consulta para pacientes crónicos, telemedicina cologne sex interactiva con el hospital de referencia y no con consultas privadas que no tengan relación directa con el paciente y su médico.
Maximiliano Diego. El Adelanto 17 Abril 2010