La Atención Primaria (AP) lleva más una década instalada en la parálisis y entre los profesionales ha cundido el desánimo. Sin embargo, nuestros políticos nos obsequian un día sí y otro también con un discurso autocomplaciente -«nuestro sistema sanitario es uno de los mejores del mundo»-, y la población parece también conforme con la asistencia que recibe y concede a la AP una buena valoración en las encuestas de opinión. Parece, por tanto, que solo los profesionales perciben y sufren, por ahora, la tan debatida crisis de la AP, pero es hora de recordar que ninguna conquista social es irreversible y que nuestro Sistema Nacional de Salud vive uno de los momentos más críticos de su historia: Las desigualdades entre Comunidades Autónomas, los tijeretazos a los presupuestos, los recortes de horarios y cierres de Centros de Salud y camas hospitalarias, la amenaza del copago/repago, las privatizaciones,… sin duda afectarán a la equidad y calidad de la sanidad pública.
Pese al discurso interesado que mantiene el tópico de la insostenibilidad de nuestro sistema sanitario, pensamos que todavía hay margen de actuación: Se puede subir al menos un punto el porcentaje de PIB que dedicamos a sanidad, muy por debajo de los países de nuestro entorno, y destinar a la AP un 25 % de los presupuestos para consolidar una AP pública fuerte, que sea eje real, que no virtual, del sistema sanitario, una AP que sea resolutiva y de calidad, capaz de coordinar todos los servicios que necesitan los pacientes, especialmente los crónicos; se puede mejorar la coordinación entre AP, hospitalaria y sociosanitaria con lo que aumentaría la efectividad del sistema y se evitarían solapamientos y duplicidades de actuaciones y pruebas diagnósticas; se puede despolitizar la gestión y conceder un mayor papel a los profesionales en la gobernabilidad del sistema.
Se pueden y se deben poner en marcha estas y otras medidas si queremos mantener una sanidad pública universal, equitativa y de calidad. O se puede seguir recortando, adelgazando, desmantelando y… privatizando.
José Luis Garavís. El Adelanto 10 Septiembre 2011