Para las mujeres maltratadas, la vía de escape es muy pequeña. Su cruda realidad está confinada al espacio privado. Dominadas por el miedo, la dependencia emocional y la falta de confianza, viven dentro del ciclo de la violencia (acumulación de tensión, descarga violenta, arrepentimiento y luna de miel…hasta la próxima) y no son capaces de salir de él.
La sociedad y sus instituciones tenemos que dar una respuesta eficaz a esta lacra: hacer saber al maltratador que la mujer no está sola y a ésta, que va a tener la ayuda necesaria y cómo y donde conseguirla.
El sistema sanitario puede ser su mejor aliado. Hay en marcha protocolos de actuación para la mujer que acude por lesiones a urgencias. Estos deben ser apoyados erotik hikayeler al máximo, pero hay muchos más casos que nunca llegan por ésta vía. Por ello, para ser eficaces, hay que considerar el 100% de la población femenina como población diana; es decir, que cualquier mujer puede estar siendo víctima y el sistema sanitario tiene que darle la oportunidad de expresarlo incluyendo en la historia clínica que se abre por capa escort cualquier motivo, preguntas sobre si se han sufrido agresiones físicas, psíquicas o sexuales por parte de alguna pareja actual o anterior. Partiendo de ahí, se ha de poner en marcha el dispositivo completo: acogida, abogado, denuncia, ayudas económicas, atención psicológica, control y terapia del agresor etc. El dispositivo debe funcionar fatih escort de forma automática y no depender de las características individuales del que debe llevarlo a efecto ya que solo así, la mujer podrá sentirse segura.
Concha Ledesma.
Publicado en «El Adelanto», 26 Mayo 2001