En ocasiones las pequeñas cosas pueden alcanzar mayor trascendencia de la esperada. La situación de los pacientes, acompañantes y trabajadores del Hospital Universitario a la hora de APARCAR su automóvil ha alcanzado cotas alarmantes y debería encontrarse una pronta solución.
En los últimos años han ido reduciéndose significativamente los espacios destinados a aparcamiento, por diferentes motivos que no vamos a enumerar.
La consecuencia es la falta de espacio suficiente para ello. Parecería una insignificancia si no fuera por las situaciones que vivimos a diario en los aledaños del centro. Pasen 10 minutos «deleitándose» con las discusiones de cada día y lo comprobaran.
Por ello también se llega tarde y más estresado a la consulta o al trabajo, a veces después de presenciar o sufrir discusiones con pacientes o con el guardia de seguridad, a la caza del hueco para el coche o pendientes de la grúa que se ha llevado tantos coches en este recinto como en toda la ciudad.
Los pacientes llegan tarde y nerviosos a las consultas, tienen que programar su llegada una hora antes, o el que ya lo conoce debe acudir acompañado para que le dejen en la puerta, mientras que su familiar da vueltas eternamente o tiene que salirse del recinto hospitalario. Existe un parking público de pago que resulta claramente insuficiente, con grandes colas y que a las 9-10 de la mañana suponen más de media hora de espera.
Seguiremos con la esperanza de conseguir un aparcamiento adecuado… antes de celebrar el 50 aniversario del hospital…, si llega a cumplirlo, dado su anticuado concepto arquitectónico y urbanístico para los tiempos que vivimos.
Maximiliano Diego. El adelanto 17 de Febrero 2001