El aumento del presupuesto sanitario era muy necesario y seguiremos posiblemente por debajo de la media europea, pero en mi opinión, hay un parámetro aún más importante en la atención sanitaria y es el de la preparación y eficacia de los profesionales de atención primaria.
Este verano han sucedido varios casos desgraciados atribuidos a demora en la atención sanitaria de urgencia en el medio rural. Parece que todo pueda subsanarse con más presupuesto y medios tecnológicos o de transporte (helicóptero, UVI móvil,…) pero no creo que esto sea suficiente para que se resuelvan muchos de los importantes problemas que tiene nuestra sanidad y en especial la atención de urgencia.
Ante una urgencia, lo más importante es la actuación del médico/a y enfermera/o allí presentes, y en este punto los resultados dependen más de su formación, su actitud, diligencia o pasividad, y de las medidas que se realicen en un primer momento en espera del traslado. Existe cierta tendencia a inhibirse, proporcional a las posibilidades de recibir ayuda desde fuera del ámbito del centro de salud.
Después de los progresos realizados en muchos campos de la asistencia primaria, necesitamos dar un salto en la forma de actuar de algunos profesionales. La reducción de la mortalidad y el pronóstico de vida, ante un infarto de miocardio por ejemplo, depende de las primeras medidas y el tiempo que tarden en realizarse y de hacerse in situ, los resultados superan lo que se consiga con todas las tecnologías modernas que se apliquen posteriormente.
En muchas zonas de nuestro país los profesionales de atención primaria, y no es su culpa, no hacen todo lo que un buen sistema sanitario y su formación exigiría de ellos. Ante una parada cardiaca, un edema pulmonar o un infarto de miocardio los primeros minutos son fundamentales y ningún medio tecnológico o humano alejado del punto en el que sucede puede tener más trascendencia y eficacia que la actuación de los profesionales allí presentes.
Maxi Diego.
Publicado en El Adelanto, 17 Septiembre 2005