Después de más de 30 años de funcionamiento del Hospital Universitario (H. Virgen Vega y H. Clínico) hay un evidente desgaste profesional. La plantilla de trabajadores se ha movido muy poco, mucho menos de lo que lo hace la de una empresa privada. Durante estos años hemos asistido a huelgas, de los diferentes estamentos, casi siempre por reivindicaciones salariales, que han contribuido, juntamente con los años, a ese desgaste profesional.
Hace unas semanas nos han pasado una encuesta (según mis noticias con escaso nivel de participación, ¡qué lástima!) en la que se recogían la mayoría de los problemas que aquejan a los hospitales de este tipo y tamaño. El contenido de las preguntas surgió en diferentes grupos de discusión constituidos por los trabajadores del hospital. La enumeración de todas las inquietudes es imposible. Estos son algunos ejemplos: pérdida del poder adquisitivo en los últimos años, presión asistencial y de la administración, ausencia de incentivos laborales y económicos, falta de evaluación del incumplimiento de horario, absurda diferencia de dedicación y salarial sin diferencia horaria ni de contenido, nulas posibilidades de promoción, ausencia de la carrera profesional, pérdida de identidad debido a la presencia de un jefe autoritario, fallo en la trasmisión de información, falta de espíritu de trabajo en equipo, escasa o nula participación en los órganos directivos del hospital, etc… Nos falta la confirmación, mediante la citada encuesta, de que problemas son los que más preocupan a los trabajadores. Pero la Gerencia ya tiene la opinión cualitativa aunque falte la cuantitativa.
La desmotivación y el desgaste son contagiosos y se incrementan con la edad. Sería necesaria mucha vocación para no sucumbir ante demasiadas situaciones frustrantes.
¡Ah! Y hablando de frustración, ni incluso en época estival se puede aparcar en los alrededores del Hospital Universitario.
Pablo de Unamuno.
Pubicado en «El Adelanto», 27 Julio 2002