He de confesar que cada día estoy más desorientado en esto de la sanidad; las llamdas autoridades sanitarias me ayudan grandemente a ello.
Lo de los transplantes ha hecho aflorar aspectos lamentables. La implantación de unidades superespecializadas o de alta tecnología sanitaria, no puede supeditarse ni a carreras de obstáculos ni a lo espabilado que sea un gerente, ni mucho menos a presiones fácticas o clientelismos políticos. Parece que justamente eso es lo que ha primado. Sin embargo , cualquier persona sensata sotendrá que estas unidades deberán ubicarse allí donde resulten más rentables para los ciudadanos y previo proceso de palnificación.
El Hospital Universitario de Salamanca, naturalmente que cumple criterios técnicos y de calidad, no es esa la discusión. El hecho es que nuestro hospital ha de ampliar y desarrollar su papel como referente regional, y ello debe hacerse en un proceso integral de definición en la Comunidad Autónoma de un plan de atención especializada, que entre otras cosas definalas áreas punteras, superespecialidades, de cada hospital.
¿Qué áreas de especial relevancia o referencia va a desarrollar Salamanca? ¿Va a depender del momento y fuerzas políticas? Las unidades de referencia deben representar la culminación de un proceso de buena aistencia y calidad del trabajo diario, y son a la vez motor del propio centro.
Estas disquisiciones las ha zanjado finalmente el señor alclade de Salamanca, «Salamanca tendrá unidad de transplantes». ¿De qué señor alcalde? ¿Bajo que criterios puede usted afirmar eso? ¿Toman ahora los lacaldes las decisiones de inversión sanitaria? Contra todo esto sólo hay un remedio: planificación, consenso y … seriedad.
Miguel González Hierro. El Adelanto 18 agosto de 2001