El que viven la atención primaria y la atención especializada en nuestra sanidad pública. La distancia de los centros de salud al hospital y viceversa es abismal, y no es una distancia que pueda medirse en metros, ni en saberes, es una distancia por falta de diálogo, de comunicación. Sin duda es uno de los puntos negros de nuestro sistema y las consecuencias de esta falta de coordinación son muy graves: repeticiones de pruebas, confusión en la medicación que toma cada enfermo, aumento de la demanda en servicios de urgencia, incremento de las listas de espera…, en resumen una falta de eficacia y eficiencia que sufren los pacientes y el propio sistema.
La descentralización sanitaria con las últimas transferencias a las CCAA hace ahora un año ha sido la penúltima oportunidad para resolver esta situación. En algunas CCAA se ha optado por nombrar un solo gerente de área con capacidad para gestionar ambos niveles sanitarios, es el caso de Extremadura. El SACYL no ha cambiado nada, ni siquiera las personas. Todo parece indicar que nuestro Gerente de Área tendrá como tarea prioritaria coordinar los niveles asistenciales; pero hace años que las gerencias de primaria y especializada viven de espaldas una de la otra y nadie hace nada por remediarlo. Las escasas propuestas de trabajo coordinado que surgen de los sanitarios, cuando no son saboteadas de entrada se las deja morir por falta de aliento. La propaganda oficial sólo sabe de cifras de ingresos, de cifras de intervenciones quirúrgicas, de estancias medias,…en una palabra de actividad. ¿Cuándo vamos a hablar de calidad? ¿Cuándo vamos a saber cómo están de verdad y cómo se hacen las cosas?.
Aurelio Fuertes
Publicado en «El Adelanto», 21 diciembre 2002