En el año 1978, se creó la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria que suponía dar una formación teórico-práctica de calidad, acorde con las necesidades del nivel asistencial primario sobre el cual pilotarían los demás. El obsoleto cuerpo de médicos de APD se extinguiría. En efecto, la última oposición de APD tuvo lugar en 1981, pero el «cuerpo» lejos de extinguirse creció a su ritmo habitual, eso si, con plazas ocupadas en interinidad y que conllevan una notable merma de derechos laborales desde hace 20 años.
En el año 93 se intentó en Castilla- León dar solución al problema por una vía legal excepcional por la que muchos se rasgaron las vestiduras y que ahora sirve de base al proceso de consolidación de empleo para los especialistas de INSALUD que está en marcha. Sin embargo, el del 93, no ha tenido efecto 10 años después de su publicación.
En el 98, se publicó un decreto para la homologación de todos los médicos de primaria bajo un mismo nombre, algo es algo. Tampoco ha comenzado a andar, de momento.
Los médicos de atención primaria pertenecen a nueve colectivos diferentes, (no voy a enumerarlos ) y compiten entre sí por el mercado laboral, manoteando en el aire, con el lema de «yo no, pero los demás tampoco», impidiendo cualquier intento de dar una solución razonable y no excluyente. Ya con las transferencias ¿qué solución piensa darle la administración regional al problema de personal tan enrevesado que tiene y con todos descontentos?. Han pasado 25 años y parece que fue ayer.
Concha Ledesma.
Publicado en El Adelanto, 12 Octubre 2002