La reciente visita del Consejero de Sanidad de nuestra Comunidad autonómica, en los primeros días de este mes, nos ha hecho recobrar la ilusión por el Plan Director del Hospital Universitario, que se ha calificado por parte de la prensa salmantina “como una joya para la sanidad de Salamanca”. El Consejero nos ha reilusionado. ¿Será un ilusionista él o nosotros unos ilusos?
Una vez sedimentada la visita de la autoridad sanitaria, comienza a aflorar el escepticismo cuando reparamos que es el enésimo cambio de proyecto. Nos preguntamos: ¿será el último o tal vez es un anteproyecto preelectoral?
Nuestra ilusión comenzó a zozobrar ante las inquietantes declaraciones de los líderes de la oposición: “…si ganamos, este Plan no verá la luz…” Es evidente que este Plan necesitaba y necesita, un consenso con Administraciones del mismo o de distinto color, partidos políticos y, desde luego, con las partes implicadas: los trabajadores del hospital y los usuarios.
Aunque el responsable sanitario de la Autonomía no ha fijado unos plazos concretos, se han señalado algunos que a nosotros se nos antojan demasiado cortos teniendo en cuanta que la obra se llevará acabo sin desalojar a los actuales usuarios. Además, el desarrollo completo del Plan implica la absoluta colaboración entre el SACYL y el Ayuntamiento de Salamanca. No sólo precisa coordinación de voluntades, que al parecer ya se ha conseguido, sino también coordinación presupuestaria. Quizá también esté implicado el Ministerio de Fomento responsable de algunos viales contemplados en el proyecto.
Se ha decidido la construcción del nuevo hospital en el emplazamiento actual por la proximidad de otros centros biosanitarios, lo que parece muy importante, pero la densidad de edificaciones hará imposible una futura expansión. Por otra parte nos tendremos que acostumbrar a no poder reposar la vista en una sola zona verde con garantías de supervivencia.
En cualquier caso, demos la bienvenida a lo que esperamos que sea el proyecto final. Confiamos que el Plan Director lo inicien eliminando el bordillo que delimita la entrada del actual aparcamiento subterráneo.
Pablo de Unamuno. El Adelanto 25Noviembre 2006