Ya tiene nombre, se llama Sacyl (Sanidad Asistencial Castilla y León) y sustituye al viejo Insalud en nuestra comunidad. Con el nombre de las instituciones pasa como con el nombre de las personas, son feos o bonitos, suenan bien o mal, según la persona que los lleva puestos y como veamos cada uno a esa persona. Como trabajadores de la sanidad pública y defensores de la misma nos habíamos hecho al Insalud y hasta el nombre se nos hacia agradable, a pesar de que nunca se distinguió por el trato amable para los trabajadores de la casa. Sacyl será ahora nuestra referencia, su defensa será la defensa del sistema público de salud, pero defender una institución es trabajar por su mejora constante y denunciar sus insuficiencias. Ahí estaremos.
El Sacyl cuenta ya con más de 30.000 profesionales y 3639 centros. La actividad que desarrolla se cifra en más de 32 millones de consultas, más de 1.797.000 estancias hospitalarias y casi dos millones y medio de urgencias atendidas por año. Sin duda un gran servicio. Es necesario ahora que funcione bien y para ello esta inmensa maquinaria tiene que engrasarse. Hay graves problemas: deficiencias en atención primaria y especializada, escasa relación entre los dos niveles, listas de espera insoportables, mala distribución de los profesionales… Hasta ahora los responsables se han limitado a rellenar su organigrama directivo central, repartir promesas, y a firmar una paz social con los sindicatos que incluye compromisos importantes, aunque solo se hayan difundido los retributivos. Queda ahora planificar y gestionar toda la actividad de la gran máquina. Ese es el reto.
Aurelio Fuertes.
Publicado en El Adelanto, 15 junio 2002