Hace unas semanas en un manifiesto de la ADSP acerca del actual deterioro del Hospital de Salamanca se hacía referencia al fracaso que para el hospital ha supuesto la elección de los MIR de 2014: solo 15 eligieron Salamanca entre los 1750 primeros puestos. Allí se apuntaba como causa el escaso entusiasmo que producía en los estudiantes que han hecho en el hospital sus prácticas hacer en él su postgrado y la falta de buenas referencias, o simplemente de referencias, de nuestro hospital fuera de la provincia. Se me ocurren al menos otras dos posibles razones: una sería los pobres resultados de los alumnos de nuestra facultad en el examen MIR (esta reflexión debería hacerla la Facultad); la segunda sería el trato injusto y vejatorio que proporciona Sacyl a los médicos ya especialistas, a la hora de ofertar sus plazas vacantes, y las escasas perspectivas que tienen éstos de continuar en el centro formativo al acabar el periodo MIR.
Hace apenas un mes concluyó su formación la última promoción de médicos residentes y se pusieron a buscar trabajo. Previamente habían redactado su particular curriculum, tarea inútil. Sacyl, posiblemente con el visto bueno de unos desinformados sindicatos, les obliga a apuntarse a la bolsa de empleo para sustituciones (hace años que no se convocan oposiciones) y el orden de elección para una plaza vacante será el orden en el que estén apuntados en dicha lista, lo cual depende de lo que hayan madrugado el día que pueden apuntarse (para todos el mismo) o de la diligencia que tenga el funcionario de turno. Llegar unos minutos tarde puede significar que se coloquen varios compañeros por delante, pese a que su preparación sea inferior y peor su curriculum. Este disparate ha conducido a una trampa, prevista en la norma: las plazas pueden convocarse al margen de la bolsa de empleo si se hace con un perfil determinado y este es el que propone el jefe de servicio, que de esta manera elige a su favorito, que algunas veces, pero no siempre, es el mejor.
¿Cual es la causa de que se mantenga este dislate? Quizás porque a nadie molesta, salvo a los nuevos especialistas, que tendrán que emigrar de nuestra Comunidad (desgraciadamente no son los únicos); pero el sistema tampoco es bueno para los ciudadanos, potenciales pacientes, porque con esta forma de elección, puede ocurrir que los médicos que nos atienden no sean los mejores, sino los que más madrugaron el día de apuntarse en la bolsa de empleo o los que han sido más dóciles o los más aduladores del jefe de servicio de turno.
27 Junio 2014
Aurelio Fuertes ADSP Salamanca . También en La Crónica de Salamanca