Hoy he recogido una noticia en el periódico ‘El País’: «El Hospital Val d’Hebron busca fondos para crear un centro de Neonatología avanzada», que fue publicada ayer el revista médica ‘JANO’: «El Val d’Hebron recauda fondos para un espacio de Neonatología».
El mencionado servicio tiene la intención de incorporar a la familia al equipo de cuidados y, para conseguir las modificaciones necesarias, ha recibido una donación de La Caixa y de laboratorios médicos (¿con contraprestación?) y ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding con donativos y venta de camisetas.
El compromiso del hospital de mejorar la atención y el bienestar de los neonatos y de su familia merece toda clase de deseos de éxito y alabanzas, pero a mí lo que me sorprende es que sea un centro público y que la calidad asistencial de la Sanidad pública se tenga que conseguir a través de campañas de donativos.
A mí me recuerda las campañas del Domund o el programa de radio Ustedes son formidables (hace sesenta años, es que soy vieja) para recoger fondos para necesidades. Bien es cierto que ahora no se llaman limosnas, ni hay huchas, sino empresas que manejan el crowdfunding a través de internet.
Desde luego, estas maniobras ponen de manifiesto la situación critica de la Sanidad pública y la desaparición del Estado de Bienestar. Hasta aquí hemos llegado y parece que aún no nos hemos enterado.
Esperanza González Marín