La saturación de los servicios de urgencias de los hospitales de nuestra región y sobre todo en determinados periodos del año, hacen que aparezcan múltiples comentarios en los medios de comunicación y alguna que otra reflexión sobre sus causas.
La urgencia entendida como un problema que hay que resolver y que no puede esperar (otra cuestión es quien valora esto) existe desde siempre en el ámbito sanitario, la atención que debería ser excepcional se está convirtiendo en cotidiana, es evidente que al vivir en un mundo de inmediatez, donde prima lo asistencial sobre lo preventivo el servicio de urgencias te ofrece soluciones rápidas.
Es la parte estrecha del embudo donde confluye todo el déficit de funcionamiento del sistema, se debe a una mala interpretación de lo que debería ser un buen engranaje sanitario, todos tenemos alguna responsabilidad pero evidentemente no en el mismo grado.
Es difícil entender que a nuestro hospital solo el 10% de lo que llega a urgencias ha sido derivado por la atención primaria, el resto acceden directamente y de estos ingresan un pequeño porcentaje, aunque han ocupado un servicio que debería por definición ser ágil y eficaz.
Las causas: los profesionales, los usuarios, la estructura o medios, la administración u organización. Hay aspectos que inciden más que otros, en mente de todos están como no, las listas de espera excesivas para ser vistos por los especialistas (otro indicador de mal funcionamiento), acudir a urgencias se abre una vía alternativa a la opacidad con que se gestionan esas esperas. Se añade un fenómeno nuevo, desde la aparición de los recortes de plantilla en atención primaria, es la demora de varios días para atender a los pacientes y lo que es peor de forma progresiva se está perdiendo confianza por parte de la población de su sistema sanitario.
Ya va para 10 años que la Asociación para la Defensa de la Sanidad Publica de Salamanca, elaboró un informe sobre esta problemática, en el que participaron profesionales, usuarios y curiosamente los análisis y conclusiones siguen vigentes hoy día, lo que quiere decir que se ha hecho poco.
Mejorar la atención primaria como puerta de entrada al sistema en resolución, comunicación con el hospital, formación. Crear una barrera previa de filtro, se propuso un punto de atención continuada próximo al hospital (el actual de La Alamedilla está escondido y resulta claramente insuficiente), donde está el Virgen de la Vega podría ser buen sitio. Crear servicios socio-sanitarios de atención durante 24 horas disminuiría esa presión no siempre clínica.
Fueron algunas de las propuestas, claro necesitan pequeñas inversiones y parece que esa puede ser la excusa para no actuar, a lo peor existen otras razones más retorcidas, esperaremos a otra epidemia de gripe para seguir hablando del tema.
Asociación para la defensa de la sanidad pública
Publicado también en El Norte de Castilla. Febrero 2015