Es muy encomiable la iniciativa de la Junta de Castilla y León de facilitar una segunda opinión médica a los pacientes con enfermedades tumorales o neurológicas.
Cuando los procesos suponen un grave pronóstico o alta probabilidad de muerte, es comprensible que los pacientes y sus familiares, ante la angustia que esto les produce, sientan la necesidad de saber si puede existir otro tratamiento que mejore dichas circunstancias.
La situación es bien distinta cuando se consulta a los profesionales. La ciencia médica está ya globalizada y en su mayoría, cuando de estos procesos se trata, se realiza en equipo y con amplia información científica. El problema es más de dedicación que de conocimientos.
Por ello es aún mucho más importante profundizar en el control o gestión de calidad del trabajo de los Servicios médicos. Sin entrar en las diferentes calidades de la atención sanitaria, es muy poco frecuente que una opinión diagnóstica o decisión terapéutica sea muy diferente de un centro a otro. Los procesos están en su gran mayoría protocolizados de acuerdo a criterios de las sociedades científicas internacionales.
Si esta posibilidad se generalizara, y los pacientes tienen derecho a ello, supondría un coste adicional al sistema en nuevas pruebas y consultas, con muy escasa repercusión en el pronóstico de estos padecimientos y en detrimento presupuestario y logístico para el conjunto del sistema de atención de salud.
Es por ello muy importante que los pacientes y su familia confíen al máximo en sus profesionales sanitarios de referencia, para lo cual se precisa la excelencia en el trabajo y fundamentalmente también nuestra capacidad para informarles adecuadamente y ganarnos su respeto y confianza.
No se debe olvidar que el sistema actual ya posibilita, cuando es necesario, el envío de pacientes a otros centros o servicios clínicos de referencia, donde se realicen técnicas o procedimientos que en nuestro centro no estén desarrollados.
Cuando los procesos suponen un grave pronóstico o alta probabilidad de muerte, es comprensible que los pacientes y sus familiares, ante la angustia que esto les produce, sientan la necesidad de saber si puede existir otro tratamiento que mejore dichas circunstancias.
La situación es bien distinta cuando se consulta a los profesionales. La ciencia médica está ya globalizada y en su mayoría, cuando de estos procesos se trata, se realiza en equipo y con amplia información científica. El problema es más de dedicación que de conocimientos.
Por ello es aún mucho más importante profundizar en el control o gestión de calidad del trabajo de los Servicios médicos. Sin entrar en las diferentes calidades de la atención sanitaria, es muy poco frecuente que una opinión diagnóstica o decisión terapéutica sea muy diferente de un centro a otro. Los procesos están en su gran mayoría protocolizados de acuerdo a criterios de las sociedades científicas internacionales.
Si esta posibilidad se generalizara, y los pacientes tienen derecho a ello, supondría un coste adicional al sistema en nuevas pruebas y consultas, con muy escasa repercusión en el pronóstico de estos padecimientos y en detrimento presupuestario y logístico para el conjunto del sistema de atención de salud.
Es por ello muy importante que los pacientes y su familia confíen al máximo en sus profesionales sanitarios de referencia, para lo cual se precisa la excelencia en el trabajo y fundamentalmente también nuestra capacidad para informarles adecuadamente y ganarnos su respeto y confianza.
No se debe olvidar que el sistema actual ya posibilita, cuando es necesario, el envío de pacientes a otros centros o servicios clínicos de referencia, donde se realicen técnicas o procedimientos que en nuestro centro no estén desarrollados.
Maximiliano Diego.
Publicado en «El Adelanto», 15 Marzo 2008