Muchos profesionales de la salud teníamos nuestras esperanzas puestas en la llegada de la informática a la consulta de atención primaria. Apareció hace más de diez años con un programa, OMI, que fue mejorando en sucesivas versiones. El servidor, descentralizado en cada centro de salud permitía un funcionamiento rápido. Pero OMI era sólo uno de los dos programas que funcionaban simultáneamente en Castilla y León (también en otras comunidades). Era de diseño y propiedad externa. Había que cómpralo, era caro y no permitía relacionarse con el hospital.
Posteriormente cada comunidad autónoma decidió desarrollar un programa informático para la atención primaria. En nuestro caso, MEDORA, formado por partes diseñadas sin criterio uniforme. Tiene utilidades bien desarrolladas, como la de las interacciones de los medicamentos que utiliza cada paciente, o como el vínculo del diagnóstico con la guía terapéutica. Pero está dirigido fundamentalmente al control burocrático desde al administración, es lento, sigue sin permitir relacionarse atención primaria con hospital y no responde a las necesidades de los profesionales. Veamos unos ejemplos.
MEDORA no permite que las historias clínicas de los pacientes se desplacen con ellos de un centro de salud a otro.
Cuando Vd se hace un análisis, no es posible descargar los resultados automáticamente. Su médico deberá teclearlos uno a uno
Cada movimiento en la historia, como el de suprimir un medicamento que ya no utiliza el paciente, supone un tiempo infinito.
En muchos casos la información anotada no queda registrada donde debiera…
Manejar el programa requiere mucha concentración y el médico, en lugar de centrar su atención en las personas, lo hace en la pantalla del ordenador.
Como comentaba una paciente : «siempre que vengo tienen ustedes el ordenador bloqueado»…
No es exactamente así. Siempre está bloqueado aún cuando esta paciente no venga. Mis compañeros y yo, servidores, estamos saturados.
Emilio Ramos El Adelanto 19 de Marzo de 2011.