Acaba de hacerse efectivo el concierto del Insalud con la nueva empresa adjudicataria para el transporte sanitario. Se echa en falta una interpretación menos restrictiva de lo que es transporte sanitario financiable que la que se da desde la administración y unas previsiones de control sobre la calidad del servicio prestado. No ha sido excepción sino regla que, para reducir gastos, se usara la modalidad de transporte colectivo para pacientes a los que el médico había indicado transporte individual, alargando el viaje del enfermo de forma penosa. No dudo que el convenio firmado así se lo permitiera. El actual también se ha firmado por un monto fijo lo que induce a buscar la rentabilidad reduciendo gastos y prevé, como el anterior, la modalidad de transporte colectivo para radioterapia, quimioterapia, diálisis etc.; es aceptable en muchos casos, pero debe dejarse al médico un margen de decisión: un paciente en las últimas fases del cáncer que acude desde 120 Km. para recibir radioterapia paliativa no puede ir recogiendo y dejando compañeros durante un viaje interminable. No se comprende que se aquilate tanto en el transporte y más cuando por las características sociodemográficas y la extensión de esta provincia, el sistema sociosanitario, pero también el sanitario a secas, deberían hacerse cargo de trasladar a los enfermos con toda dignidad hasta los servicios sanitarios, porque de lo contrario no deberíamos extrañarnos de que la población pida un hospital en lugares donde sabemos que sería un desastre tanto en términos de salud como económicos.
Concha Ledesma.
Publicado en «El Adelanto», 11 agosto 2001