El día 15 de diciembre pasado, el Bocyl publicó una orden por la que se convocaba concurso de traslado para la provisión de plazas vacantes de personal estatutario de médicos especialistas. Como dio a conocer la prensa local, dicha convocatoria puede suponer un cambio de hasta 190 médicos en el hospital de Salamanca, cambio que puede afectar a más del 50% de la plantilla en algunos servicios.
Es necesario señalar de entrada que el concurso es justo, necesario y, además, obligado por sentencia judicial.
Ocurre que, en función de los posibles traslados, van a ser desplazados de su puesto de trabajo actual, como interinos u otras formas de contratos, un número importante de médicos de diferentes especialidades, médicos que en muchos casos están desarrollando tareas muy específicas para las cuales no todos los compañeros de su especialidad van a estar preparados; otros, la mayoría, con una larga y brillante trayectoria en el hospital y cuya sustitución va a suponer una pérdida importante de talento en unidades y servicios, además de una perdida de la continuidad asistencial en muchos casos.
Este problema que sin duda afectará a otros hospitales, lo hará en mayor grado en el nuestro, teniendo en cuenta su dimensión y su nivel de especialización, sin duda el mayor de la Comunidad. La situación va a ser complicada para muchos de los servicios hospitalarios, y en mayor grado por coincidir con la preparación o la apertura del nuevo hospital.
Resumiendo: ha existido una dejadez imperdonable en el tema por parte de la Administración sanitaria; a los concursantes les asiste el derecho y una orden judicial; el hospital puede verse removido en un número importante de sus facultativos, muchos de ellos responsables de puestos de trabajo muy específicos y la mayoría con una experiencia acumulada y un talento que no deben desaprovecharse.
Es necesario dar al problema una solución: si la prioridad es mantener el nivel de calidad en la atención a los pacientes, y si es posible mejorarlo, solo intuyo una solución que convierta lo que puede ser un desastre en una oportunidad de mejora. La solución sería aumentar todas y cada una de las plantillas médicas deficitarias. La medida es, además, necesaria, porque los ajustes realizados durante «los años de plomo de la crisis» han producido un estrechamiento excesivo en las mismas, precisamente en un momento en que la demanda de atención sanitaria ha sido mayor en todo el país y también en nuestra provincia.
La semana pasada se publicó que desde 2009 se ha reducido en 28 el número de médicos del hospital, y aún más se ha reducido la plantilla orgánica. Esta reducción ha afectado a unos 20 servicios hospitalarios. Es necesario revertir la situación. Es necesario hacer del riesgo de desastre una oportunidad de mejora.
Aurelio Fuertes